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La opinión pública ante el proceso de paz

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Post escrito por Izaskun Sáez de la Fuente Aldama.

Hoy, buena parte del debate público se centra en quién tiene que hacer qué y cómo en la cuestión de la paz y la convivencia en Euskadi. Los resultados del Deustobarómetro de diciembre de 2013 (barometrosocial.deusto.es) arrojan luz sobre los posicionamientos de la opinión pública vasca y los matices que estos adquieren en función del color político. Los discursos más beligerantes, en un sentido u otro (p.ej.: EHB y UPyD o PP), son los que menos disidencias provocan, es decir, la gente tiene muy clara su postura; mientras, los simpatizantes de otras fuerzas políticas como el PNV muestran dificultades o reticencias para pronunciarse sobre temas controvertidos.

La ciudadanía desconoce el Plan de Paz y Convivencia del Gobierno Vasco, a pesar del riffi-raffe político y mediático que ha provocado. No obstante, cuando se le concretan, comparte algunos de sus principales objetivos: investigar en profundidad las denuncias por tortura, potenciar y completar el proceso de reconocimiento y reparación de las víctimas del terrorismo -ampliándose dicho reconocimiento a quienes sufrieron violencia estatal y parapolicial- y establecer una interpretación del pasado reciente compartida por todos/as. El consenso se rompe solo cuando se alude a la promoción de acuerdos para facilitar la reinserción de las personas presas: quienes defienden tales acuerdos son, en primer lugar, las bases de EHB, pero se trata de un tema que también concita, además de la oposición frontal del PP, la aprobación mayoritaria del PNV y del PSE.

Datos: Deustobarometro Invierno 2013

Datos: Deustobarometro Invierno 2013

Aquello que tiene que ver con los presos de ETA siempre provoca posturas encontradas. Casi la mitad de la población aboga por el cumplimiento íntegro de las penas, pero privilegiando la fórmula del acercamiento a sus respectivos lugares de residencia, es decir, la ruptura con la dispersión como política penitenciaria. Entre las personas que defienden procesos de amnistía, adquiere una especial fuerza la opinión de quienes se la otorgarían a los presos arrepentidos que no tengan a sus espaldas delitos de sangre. El discurso firme en cuanto al cumplimiento de penas lo protagoniza el electorado de UPyD seguido ya a una cierta distancia del de PP, del de PSE y aún más del de PNV; dicho sea de paso, entre los simpatizantes de la formación jeltzale el cumplimiento de condenas tiene bastante más peso que las diferentes versiones de la amnistía. Mientras, la mayoría de EHB defiende la excarcelación de los reclusos, priorizando la de quienes no hayan cometido delitos de sangre -pero, eso sí, sin exigirles arrepentimiento alguno- y la amnistía general como exigencia maximalista.

Datos: Deustobarometro Invierno 2013

Datos: Deustobarometro Invierno 2013

Al calor de informes como el del Ararteko (2009), en el que se insistía en la persistencia de actitudes legitimadoras de la violencia entre la juventud vasca, el Ejecutivo autonómico entonces en manos socialistas puso en marcha, no sin polémica, una iniciativa, la introducción de testimonios de víctimas en las aulas, con un pretendido alcance pedagógico. En la actualidad, tal iniciativa cuenta con el apoyo de los votantes del PSE y del PP y, en menor medida, del PNV. Las bases de EHB y de UPyD la rechazan, pero entendemos que por razones diametralmente opuestas: la autodenominada izquierda abertzale la invalida porque considera que no van a estar presentes “todo tipo de víctimas” para así reflejar su relato sobre lo ocurrido en Euskadi de acuerdo a la teoría de los dos bandos enfrentados en una especie de conflicto bélico; UPyD denuncia la perversión que tales encuentros pueden alimentar si terminan equiparando víctimas y verdugos. Frente a las críticas, hasta el momento los centros escolares que han participado de la experiencia la han valorado positivamente en términos de obligación ética, alejada del odio y del revanchismo, para con las nuevas generaciones. Otra iniciativa relevante en este terreno, siguiendo procesos como el irlandés, ha sido la de los encuentros entre víctimas y exmiembros de ETA. Algo más de la mitad de la ciudadanía valora su contribución a la normalización de la vida política. Dichos encuentros de carácter restaurativo son mayoritariamente respaldados por EHB, PNV y PSE y defenestrados por UPyD; los votantes populares muestran una profunda división al respecto.

La ciudadanía vasca critica con dureza la actuación de fuerzas políticas e instituciones. Crítica que resulta estrepitosa cuando se analiza a colectivos no nacionalistas, siendo algo más moderada la opinión que merece el PSE al que se le sitúa a la altura de EHB y muy por debajo del PNV. Las asociaciones no suscitan mayor entusiasmo, pero el descrédito recae sobre todo en el entorno de los presos de ETA y en la Asociación Víctimas del Terrorismo cuyos datos estadísticos pueden sorprender por su proximidad e invitan a una reflexión ético-política. La labor del Gobierno central sufre el varapalo de todos, incluso de sus propios votantes. El Gobierno vasco es respaldado por las bases del PNV y del PSE. En EHB sus votantes cierran filas en torno a sus dirigentes, defienden mayoritariamente las aportaciones de los presos y de Elkarri-Lokarri y son los únicos que valoran, aunque solo de forma parcial, la contribución de ETA.

¿Qué debe hacer el Gobierno central para favorecer el proceso de paz? Entre la ciudadanía se impone claramente la postura del diálogo con ETA -aunque son más las personas que abogan por orillar en tales contactos la cuestión de la autodeterminación- frente a la de quienes creen que hay que perseverar en la aplicación estricta de la ley. EHB aboga mayoritariamente por el abordaje de las causas del conflicto político y el reconocimiento de la autodeterminación y PP y UPyD por no hacer nada hasta que ETA se disuelva. Los discursos del PNV y del PSE adquieren matices: los simpatizantes jeltzales defienden casi a partes iguales la postura de establecer puentes para favorecer el desarme y la de reconocer la autodeterminación, existiendo una minoría que cree que no hay que moverse hasta que la organización terrorista no exista; los socialistas se decantan sobre todo por favorecer el desarme, si bien hay un sector significativo de acuerdo con las posiciones inmovilistas.

Datos: Deustobarometro Invierno 2013

Datos: Deustobarometro Invierno 2013

El espejo que el Deustobarómetro nos traslada sobre la sociedad vasca invita poco a la complacencia partidista. Demanda liderazgo institucional y consensos señalando como potenciales ejes de los mismos el derecho de todas las víctimas a la verdad, a la justicia y a la reparación, la búsqueda de una memoria compartida, el acercamiento de los presos para que cumplan sus condenas cerca de su lugar de residencia y el establecimiento de puentes con la organización terrorista para favorecer su desarme. Ninguna de tales iniciativas o procesos, por necesarios que sean, debe suponer la tentación de pasar página y de hacer creíble para el conjunto de la ciudadanía y sus generaciones más jóvenes un relato que, al confundir a las víctimas con los victimarios en un equívoco manto de responsabilidad colectiva, desvele profundas fallas éticas.


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